Es tiempo de piscina, terrazas, helados y amigos… pero también hay que estudiar en verano.
Muchas tentaciones que te pueden desviar de tu objetivo. Pero es posible mantener el ritmo de estudio en estos meses estivales. Solo hace falta una buena disposición y organización.
Las altas temperaturas en los días de verano hacen que concentrarse sea una tarea difícil. Por eso te dejamos estos consejos para que tu tiempo de estudio sea productivo y puedas disfrutar también de unas horas de ocio.
1 – ¿Dónde estudiar?
Busca un lugar adecuado. Es una mala idea llevarse los apuntes a la playa o la piscina para estudiar, solo conseguirás pasear los apuntes y acabar con cargo de conciencia por no haber avanzado nada en tu propósito.
Tienes que huir de los lugares calurosos, húmedos, o con mucho bullicio. Solo conseguirás distraerte.
Búscate una habitación fresca y bien ventilada. Y si está ordenada y bien iluminada te ayudará a concentrarte mejor. En ocasiones las bibliotecas que permanecen abiertas en verano te proporcionan este ambiente idóneo para invitar al estudio.
La postura también es muy importante. “Tumbarse en el sofá solo te invitará a que tu cuerpo te pida siesta”
2 – ¿Cuándo?
Aunque sea “archisabido” por todos nunca está de más recordarlo:
“Tienes que diseñar un plan de estudio con objetivos realistas acorde al tiempo que dispones”.
Aprovecha las horas más fresquitas del día, te ayudarán a concentrarte y ser más productivo/a.
Así podrás desconectar y recuperar fuerzas el resto del tiempo. Las mañanas son una buena opción, después del desayuno la mente está más despejada y el calor es menor.
Y recuerda, deja tiempo para descansar o para actividades de ocio, que también son necesarias.
3 – ¿Cómo alimentarse?
La alimentación e hidratación son fundamentales para que nuestra concentración aumente. Evita las comidas con mucha grasa y frituras que harán más pesada la digestión. En su lugar puedes recurrir a verduras y hortalizas: ensaladas, sopas frías, gazpachos y zumos. Estos platos descienden la temperatura del cuerpo.
Y por supuesto ¡Mucha hidratación! Agua y zumos naturales evitando las bebidas gaseosas.
4 – No te metas el atracón.
Esta costumbre de dejarlo todo para el final, no es nunca recomendable.
Si has seguido tu plan de estudio marcado, no tienes por qué hacer jornadas maratonianas los últimos días. Si has cumplido los objetivos marcados en tu plan de estudio, tendrás más confianza en ti, la materia más afianzada y menos nervios.
5 – Positividad y constancia.
Los últimos metros de esta carrera de fondo son claves. ¡No te rindas! Ya has superado lo más difícil, pero aún tienes que llegar a la meta final.
«Cuando consigas tu propósito, todo ese esfuerzo y sacrificio habrá valido la pena»
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